viernes, 18 de noviembre de 2016

MUJERES ABANDONADAS

Cuando utilizamos esta frase lo primero que nos viene a la mente es el abandono físico (alejarse, separarse de alguien) creo que hay dos clases más de abandono: psicológico o emocional y el auto abandono (cuando nos olvidamos de nosotras mismas), este último es el primero que presentamos, muchas veces nos enfrascamos en la idea que cuando llegan los niños no tenemos tiempo de arreglarnos, maquillarnos, hasta incluso de vestirnos bien ¡MADRES OLVÍDENSE DE ESO! Siempre hay huequitos en nuestros días en los que podamos sacarnos las cejas, depilarse, secarnos el cabello, mientras los niños duermen u otra persona los atienden, yo varias veces he madrugado para hacer alguna de estas cosas, no busquemos más excusas y/o justificaciones, siempre se puede conseguir alguna manera de no permitir que este abandono siga apoderándose de una, les cuento porqué:
El siguiente abandono que se presenta es el psicológico o emocional, al vernos feas o mal arregladas se nos baja el autoestima de a poco, comenzamos a pensar que no valemos nada, que no merecemos que alguien nos quiera, nuestro corazón se va marchando hasta el punto que solo sentimos dolor y amargura, llega el momento en donde estamos deprimidas todo el tiempo, somnolientas sin ánimos de salir aún de las pijamas, y por supuesto el abandono emocional de las demás personas que se encuentran a nuestro alrededor.
Más atrás viene el abandono físico, que cuando llega los otros dos se agigantan, convirtiéndose en un círculo que parece nunca acabar. Comenten si no es así; ¿Dónde han visto a una persona amargada rodeada de seres queridos? La mayoría de las veces se encuentran solas y en los mejores casos, solo las frecuentan personas con la misma actitud o que hacen grandes esfuerzos por soportarlas. El marido se busca otra mujer, mejor arreglada, más alegre, los hijos prefieren ir a cualquier lado, menos quedarse en casa o salir con ella, la familia y amig@s ya no la visitan con la misma frecuencia, porque siempre escuchan las mismas quejas y las mismas historias de lo infeliz que son, y por qué siguen el mismo lugar.
¿… y cómo se cura todo esto? Siendo egoístas ¡sí! ¡Egoístas!, pensando primero en ti: sal con tus amigas (no importa si te critican) ¡maquíllate! ¡Péinate! No importa que la comida esté lista luego de la hora de costumbre (no se van a morir de hambre) ¡metete en la bañera y olvídate del mundo! ¡Cómprate algo nuevo (ropa, zapatos, carteras)! ¡Come tu postre favorito (el mío helado con galleta)!…y como dicen por ahí: ¡baila como si nadie te estuviese viendo! Yo canto o tarareo las canciones que escucho y me gustan, bailo, hablo y sonrío sola, sin importarme si creen que estoy loca. Y por supuesto a veces hay personas que nos tienden la mano y nos ayudan a salir del hoyo que nosotras mismas cavamos, por otro lado, alejarse de las personas tóxicas es bueno.
Cuando estamos felices y complacidas con nosotras mismas, somos capaces de dar y compartir amor, no es al contrario, primero debemos amarnos nosotras mismas, y lo demás viene solo.

SN.- (6) 15-11-2016


martes, 1 de noviembre de 2016

¿FEMINISMO O MACHISMO?

Durante todos los años que tengo he visto, escuchado y por qué no, hecho cosas que apoyan a esta situación (no sé cómo llamarla) en donde dejamos a un lado a los hombres y niños (varones) al realizar labores en el hogar, llamase lavar los platos, llenar las jarras de agua, limpiar la casa, lavar la ropa, entre otros.
Vivimos en una cultura un poco obsoleta, a mi parecer; lo que evitamos a toda costa en mi casa materna, ya que tuvimos un solo hermano varón y tanto él como nosotras compartimos los quehaceres del hogar. Siempre he tenido claro que las mujeres somos multifacéticas y tenemos la habilidad en realizar varias tareas al mismo tiempo (eficazmente), a diferencia del hombre, creo que esta en nuestros genes, además de ser más ordenadas y contar con el toque “femenino” indispensable en cualquier hogar, lo que no nos da la obligación absoluta de tener que realizarlo nosotras únicamente.
Alguna vez una cuñada me dijo; “…de esto se trata el feminismo, el demostrar que somos capaces de trabajar y continuar con nuestras obligaciones en el hogar al mismo tiempo…” (lo que nunca hizo mientras trabajaba y vivía en casa de sus padres) Pero yo difiero mucho en ello, ¿Quiere decir que igual tengo la misma carga de trabajo en la casa a pesar que trabajo en la calle? ¿Teniendo mí esposo e hijos igual uso de la casa, ropa y comida? Entonces ¿Estoy obligada a limpiar, cocinar y lavar, mientras que también traigo el sustento para mi hogar? ¿Por qué tengo que lavar ropa que no uso ni ensucié? No por ser egoísta pienso de esta manera, ya que en ciertas circunstancias es posible que haga esto por alguien que esté enfermo, no tenga tiempo disponible ya sea que esté trabajando o estudiando, o que simplemente aproveche la oportunidad e incluya en mi labor el trabajo de otros, o si me están ayudando en otra tarea (como un intercambio).
Desde que mis hijos eran pequeños me esforcé para enseñarles cómo lavar su ropa, ordenar su cuarto, limpiar la casa y en varias ocasiones cocinar, a manera que vayan aprendiendo, me ayuden y más adelante lo hagan en sus propias casas con su familia. Mi esposo también ayuda mucho, de hecho él asumió la carga del hogar durante un buen tiempo que estuvo desempleado.
En conclusión mi consejo para las madres que tienen hijos varones, inclúyelos en todas las tareas, eso no los va hacer menos machos que los demás y ustedes van a tener menos trabajo. Llegará el día en que todos trabajen por igual en casa y habrá mujeres más felices, ya saben “mujer feliz, matrimonio feliz, vida feliz” pero este es otro tema…


SN.- 01/11/2016 (5)

viernes, 17 de junio de 2016

LO QUE NUNCA SE OLVIDA...



Desde muy pequeña he estado ligada a mis sentimientos, muchas situaciones me llevaron a tomar seriedad de las circunstancias, por ello creo que he recopilado una serie de recuerdos los cuales en muchas ocasiones vienen a mi mente como relámpagos al momento de percibir olores, sonidos y sabores que en ese entonces experimenté.
Nuestro cerebro está dotado de una parte que se encarga de la memoria emocional, como la llaman los expertos, son las experiencias emocionales vividas, que permanecen almacenadas en el cerebro. En un determinado momento, debido a un estímulo que nos despierta aquel recuerdo, revivimos en el presente las emociones ligadas a la experiencia pasada.
Dentro de ella también están los recuerdos ligados a los sentidos, estos enlaces lo explicarán mejor que yo. En todo caso cuando fui niña tuve muchas situaciones que cambiaron mi vida, una mudanza sin explicaciones, el abandono de mi padre, entre  muchas otras felices. Creo que cuando somos niños todas las cosas nos quedan tatuadas en el cerebro. Recuerdo que en varias oportunidades mi papá nos visitaba los fines de semana, eran días de banquetes, mi mamá preparaba pollo horneado, con una rica ensalada; otros días hacia pasticho… todo esto me encanta y lo recuerdo cada vez que lo como. Nunca sale de mi mente en las navidades, los recuerdos de cuando preparábamos pan de jamón con mi abuela Chita, siempre quedaba uno más pequeño y era el que repartía con las personas que la habíamos ayudado. Cada vez que voy a la playa recuerdo las veces que íbamos todos (papá, mamá y hermanos). No olvido el olor del primer perfume que me compré yo misma, varias veces lo he percibido en la calle y recuerdo los meses que lo usé. La mayoría son momentos gratos, además tenemos la capacidad de desechar los recuerdos que queramos, a esto se le llama memoria selectiva.
Ahora como madre me he propuesto la tarea de sembrar recuerdos bonitos en mis hijos, entre paseos, dulces y juegos, así como los tengo yo, cuando sean adultos nunca olviden momentos de su infancia. Una piscinada en casa, una torta en sus cumpleaños… todo aquello que como padres le damos normalmente a nuestros niños, son estímulos para una vida feliz, vamos a llenar ese baúl en su cerebro, con olores, sabores y colores para q su mundo sea más llevadero.

sn.- (4) 17-06-2016

viernes, 18 de marzo de 2016

El verdadero inicio

La idea principal para mi blog, contaba de algo muy curioso que estuve pensando mientras tomaba el transporte público en la ciudad. Es impresionante como nuestra mente puede ordenar ideas e imaginarse cosas en apenas unos segundos, veía como las personas calladas y sumergidas en sus pensamientos estaban sentados unos al lado de otro, a lo mejor pensando, como lo hice en ese momento “esto solo me pasa a mi” después de un largo día de trabajo y obstáculos que se le presentan a una, todas las carencias y las injusticias que vemos en la calle día a día. Allí me di cuenta que cada quien tiene problemas y vidas diferentes a los nuestros, pero a su vez tan parecidos.
A lo largo de la ruta trate de detallar a quienes parecían más distantes, observe a una mujer un poco mayor de 40, su semblante daba la impresión de que su trabajo era un poco fuerte y venía ya cansada, a lo mejor para llegar a casa y también trajinar con la cena o loza sucia, baños y cuartos desordenados, por otro lado la imaginaba sentada en su cama con alguno de sus hijos quitándole sus zapatos, mientras le contaba lo que había aprendido en clases además de invitarla a pasar a la mesa porque la cena ya estaba lista.
Al final del autobús había una pareja, ella medio recostada al hombro de él, ambos jóvenes, entre 18 y 22 años, con esa ilusión en sus ojos como la del primer amor, al igual que con la duda de si será un amor para siempre, pero con la tranquilidad del ahora, tratando solo de pensar en disfrutar y vivir el momento, al fin y al cabo aún son jóvenes.
A mi lado una chica con un niño de primaria en su regazo, con la piel bronceada por el sol de todos los días, para llevar y buscar al niño a la escuela, lo miraba con detalle, como contándole todas las piezas de su cuerpo, revisando su piel expuesta, sujetándolo de tal manera que estuviese lo más cómodo posible, entregando su dedicación aquel niño.

Todos juntos, todos lejos, apartados por kilómetros de neuronas, con vidas iguales, pero a la vez tan distintas. Escalando la vida por etapas, con sueños y esperanzas.

sn.- (3) 21-03-2016